En estos tiempos el concepto de la Globalización es tan comúnmente usado que hasta pierde su significado, animalmente prefiero llamarlo “Proceso” sólo eso y nada más, es más diciente y rima con menos cosas. Estamos ahora tan inmersos, que decidimos pensar en algunas palabras para el resto del mundo, esa parte que ya se encuentra en el desarrollo y que nos mira con dudosa animosidad.
Para Zoofilia, el “Proceso” es un grato estanque donde podemos bañarnos entre lo mas destacado de las producciones audiovisuales del mundo (Saturday Night, Wild On, Dr House, Los Simpsons y Pedro El Escamoso) ésta porción de creativos líquidos nos dan la oportunidad de copiar estos formatos, sacar alguna sonrisa y burlarse pícaramente del mundo desarrollado.
El jueves anterior mientras buscábamos ciudadanos extranjeros para interactuar con ellos en el programa, pensábamos que tal vez, por allá, donde la seguridad social y la crisis en los regímenes pensiónales van de la mano con el proteccionismo y ascenso de medidas políticas retardatarias, allá en esos fríos lugares, también mirarán hacía acá y se les dibujará una sonrisa, quizá, ellos como nosotros, saben que somos tan siniestramente similares que entendemos mutuamente nuestras “originales” comedias y que con esto el “Proceso” habrá dado un paso más, un paso hacía el ningún lado. Jar Jar Jar!!!
Sr Serpiente.
Miro el calendario y me doy cuenta que pronto cumpliremos 200 años de la llamada independencia. Me pongo en la cabeza de esos personajes que lograron el objetivo de sacar a los españoles de estos territorios, pensarían en tener toallas limpias y baños públicos aceptables después de guerrear en contra del invasor.
Éstos nobles animales de otrora, vieron como éste sueño de bienestar higiénico fue prontamente desinflado por intereses poco saludables para la comunidad animal del momento, uno de ellos, llamado el “duro” de las leyes creó esa curiosa burocracia que tanto caracteriza a este país. Me hace recordar como en llamadas democracias como la norteamericana existen normas tan divertidas como en Arizona, donde Las mulas no pueden dormir en una bañera, o en Alaska donde es legal el disparar a un oso, pero despertarlo para sacarle una foto está prohibido. Sin embargo éste país con 200 años de historia republicana carece de normatividades coloridas de este tipo y más bien las cambia por omisiones patrióticas como la educación, en contraste grisáceo de un servicio militar obligatorio.
Pienso que a la hora de obtener este terreno, alguien debió haber puesto una normatividad de concesión, y que si un par de siglos después con la administración local, los sueños de estaciones sanitarias de óptima calidad no se habían cumplido, entonces era mejor devolver el terreno, en este caso, más que por inoperancia, diría yo que por abandono, la falta de proyecto de nación y que el Estado, así como “agregado” de finca perezoso ya no quiere hacer nada…Porque con Régimen de Transferencias y ese empeño de burro impetuoso por privatizar, la verdad, no sé qué hace el Estado, en fin, dónde hay qué firmar para devolver esto, porque nos quedó grande, más bien me pregunto, como lo hizo el Señor Ganso:
“… ¿Los argentinos prefieren, ganar un mundial (preferiblemente contra Inglaterra) o recuperar las Malvinas?”
Señor Serpiente.
Esa fue la pregunta, cuando el 25 marzo fuimos invitados a la mesa de medios del Consejo de Conciliación Nacional, fue un gran orgullo que este programa de radio fuera convocado a dicho evento. Así que decidimos asistir, la displicencia que acostumbramos a tener desapareció y asistimos con el mayor de los gustos. Ya que el objetivo de este espacio es construir una propuesta desde el sector social para forjar, de alguna manera, la paz desde nuestra óptica, una paz animalizante y divertida pensé.
¿Quién habló de humanismo en las fuerzas armadas de nuestra apasionada Colombia?
Un claro ejemplo de la zoociedad en que vivimos la tenemos en estos actos, transportar una “persona” en un carro que en realidad es una jaula, es lo más parecido al tráfico de animales en los que mueren miles de especies que son extraídas de sus hábitat naturales para ser vendidas en mercados negros. Tal vez este señor, que no nos interesa quien sea, vaya a parar en lo más oscuro de una celda donde pague por sus delitos o como otros colombianos que pagan por delitos que no han cometido.
Los llevarán de una jaula para otra donde cantarán, hablarán como lo hacen loros y otras aves, donde recibirán sus comidas diarias harán ejercicio y si se portan bien tendrán un premio, rebaja de pena.
¿Usted qué propondría como medio para transportar a estos animalitos “delincuentes”?
Este texto no pretende hablar de los nazis, los judíos, los políticos, las guerras, Maus (Art Spiegelman), los polacos, Hitler… etc… etc… etc
Queremos celebrar que aún se pueden hallar lugares en esta zoociedad donde encontramos pollo campesino, un verdadero pollo campesino y que por lo menos no comemos muchas cosas que hacen que nuestros cuerpos muten y tengan malformaciones, que se desarrollen anormalmente y ese tipo de efectos que han traído los pollos trabajados para consumo comercial en grandes, grandes poblaciones.
Así que sin ser mal interpretados a comer pollito.
Ya que le gustó la idea de preparar un ave de estas, aquí tiene una receta que le recomendamos y compartimos con usted animalito carnívoro u omnívoro.
Pechugas italianas
Cantidad personas: 3
Ingredientes:
3 pechugas de pollo deshuesadas,
1 tomate,
3 rebanadas de queso mozarela,
empanizador o pan rallado,
Queso parmesano molido.
Preparación:
Las pechugas se rebanan para que queden más delgadas, se aplanan y se les pone sal y pimienta; se remojan con huevo batido (si se pasan por harina antes que con el huevo quedan mejor) y se empanan con el empanizador revuelto con queso parmesano. Se fríen en una sartén y cuando estén doradas, se secan y se ponen en un refractario engrasado y se les va poniendo a cada pechuga una loncha de queso y encima una rebanada de tomate, después se les pone un chorrito de aceite de oliva y un poquito de orégano y, para terminar, se meten un ratito en el horno a que se gratine el queso.
Si la hace nos puede invitar, nos puede contar que tal le pareció, mandarnos fotos o nos contactamos y la preparamos, de una vez llevamos la experiencia al programa.
Señor Caballo
