Miro el calendario y me doy cuenta que pronto cumpliremos 200 años de la llamada independencia. Me pongo en la cabeza de esos personajes que lograron el objetivo de sacar a los españoles de estos territorios, pensarían en tener toallas limpias y baños públicos aceptables después de guerrear en contra del invasor.
Éstos nobles animales de otrora, vieron como éste sueño de bienestar higiénico fue prontamente desinflado por intereses poco saludables para la comunidad animal del momento, uno de ellos, llamado el “duro” de las leyes creó esa curiosa burocracia que tanto caracteriza a este país. Me hace recordar como en llamadas democracias como la norteamericana existen normas tan divertidas como en Arizona, donde Las mulas no pueden dormir en una bañera, o en Alaska donde es legal el disparar a un oso, pero despertarlo para sacarle una foto está prohibido. Sin embargo éste país con 200 años de historia republicana carece de normatividades coloridas de este tipo y más bien las cambia por omisiones patrióticas como la educación, en contraste grisáceo de un servicio militar obligatorio.
Pienso que a la hora de obtener este terreno, alguien debió haber puesto una normatividad de concesión, y que si un par de siglos después con la administración local, los sueños de estaciones sanitarias de óptima calidad no se habían cumplido, entonces era mejor devolver el terreno, en este caso, más que por inoperancia, diría yo que por abandono, la falta de proyecto de nación y que el Estado, así como “agregado” de finca perezoso ya no quiere hacer nada…Porque con Régimen de Transferencias y ese empeño de burro impetuoso por privatizar, la verdad, no sé qué hace el Estado, en fin, dónde hay qué firmar para devolver esto, porque nos quedó grande, más bien me pregunto, como lo hizo el Señor Ganso:
“… ¿Los argentinos prefieren, ganar un mundial (preferiblemente contra Inglaterra) o recuperar las Malvinas?”
Señor Serpiente.
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